TORA o El Camino del Tigre
La semana pasada nos invitaron a una demostración de Rational Argentina en Aldo´s.
Allí el chef Maximiliano Matsumoto nos mostró en su cocina las funcionalidades del horno y luego nos ofreció una degustación de platos preparados en él.
Primero unos alcauciles cocinados sous vide con un tahine de maní que eran increíbles de tiernos y ricos. Luego un bife de chorizo, con lechuga blanqueada y puré. De postre un limón merengado con arroz con leche tibio en el centro. Muy interesante para demostrar las bondades del horno en cuestión.
Luego de servir el postre Matsumoto se acerca a la mesa para despedirse ya que tenía que ir a Tora, el nuevo restaurant que abrió en la calle Cerviño 3788. Vas a Tora ahora? Vamos nosotras a conocerlo!
Así que partimos raudas cual corceles veloces a conocer el Tigre de Maxi Matusmoto.
A veces los planetas se alinean. Y esta vez fue una de ellas.
Tora, que significa “tigre” en japonés, está ubicado en la zona del ex Zoológico de Buenos Aires, una zona muy bien comunicada en cuanto a transporte público se refiere. Tiene la ventaja de tener un estacionamiento al lado, porque es bastante difícil conseguir lugar en la calle.
El lugar es pequeño, sobrio, cálido y con muy buenos detalles de decoración. Predominan los círculos. Y los tigres por supuesto. Es intimista, a pesar de que las mesas están un poco juntas.
Miércoles a la noche, 20.30 para ser más precisos, LLENO. Hay que reservar si uno quiere estar seguro de tener su mesa.
Desde todo el salón se observa la cocina, que tiene una cortina baja hasta la mitad.
Nos dejamos llevar por lo que el chef sugirió… hasta que dijimos basta.
Decidimos compartir los platos y esto fue lo que comimos:
– Como panera te traen un churro crujiente exquisito
-Sheng Jian Bao, una especie de dumplings rellenos de conejo, shitake, fideos de arroz y jengibre con salsa de soja y sriracha casera. Al vapor y luego planchados.
– Kinilaw, tiradito de chernia estilo filipino con cítricos, leche de coco, sriracha casera, cilantro y lámina de batata naranja
– Tempura al momento, de kale con salsa ponzu de nabo ahumado. Y el detalle: Gochujan seco por encima.
Y la estrella de la noche fueron los Ñoquis coreanos a la plancha con ragout de chivo y soja fermentada. Son de arroz glutinosos cocinados a la plancha acompañados por el ragout de chivo con porotos fermentados, pimienta de Sicuani y gochujan.
Hay platos más picantes y menos picantes. Si uno no desea que pique es conveniente avisarle al mozo.
Una cantidad de comida considerable para dos personas, que casi nos deja con las ganas de probar el postre.
Pero no. Fieles a nuestros lectores continuamos con la ardua de misión de comer para poder contarles.
Y nos trajeron un delicioso parfait de maní con ganache de chocolate y toffee de miso.
Para terminar tienen 3 opciones de café vietnamita. Es café de origen, preparado a través de una extracción de 5 minutis en phin, en la mesa. Se puede pedir solo, con leche condensada, o frío con y sin leche condensada. Nos inclinamos por el tradicional caliente con leche condensada que era exquisito.
Matsumoto nos pasea por la cocina panasiática de una manera sofisticada, y exquisita. Combina platos típicos de una cocina con ingredientes de otra, logrando un ensamble espectacular.
El servicio es muy amable y dedicado.
Todo, pero todo, invita a volver.