La transversalidad del ajo y el bar de tapas “A fuego negro” de País Vasco se fusionaron para ponerle el nombre a un lugar diferente.
A través de la cocina uno puede hacer muchas más cosas que dar de comer. No todos lo logran y a veces ni lo intentan. Es que la cocina no es para mi otra cosa que el arte de lo efímero con emociones perennes. Y Ajo Negro logra emocionar.
Se acuerdan de esa publicidad donde mostraban gente cuyo apellido les marcó la vida y les señaló el camino? Bueno a nuestro chef estrella de hoy le habría pasado exactamente éso, pero con su nombre.
Gaspar es un MAGO. Y lo sabe!
Oriundo de Olavarría –ciudad hermosa si las hay- Gaspar Natiello estudió cocina en el colegio del Gato Dumas e hizo armas en un frigorífico especializado en carnes no tradicionales. Ésto, por su necesidad (como contó en una oportunidad en una nota) de saber sobre carne más allá de los cortes de vaca.
Aprendió sobre conejo, pato, faisán, yacaré, cordero, cerdo y fue muy interesante para su posterior carrera.
Cuando le pregunté a nuestro chef: Dónde estuviste escondido Gaspar? Me contestó muy compenetrado que ya llevaba en su haber experiencias en cocina con Patricio Negro en Sarasanegro, en Mar del Plata, que había estado en varias brigadas en distintos locales (Peugeot Lounge y Pani) y en aperturas como Zirkel Restaurant, en el Club Alemán, que dirigió Chiuso, famoso por sus platos italianos y hasta que estuvo con Narda Lepes en la inauguración de su famoso comedor.
No solo es un MAR DE TAPAS. Es un mar de sabores de sensaciones.
El lugar está montado en un rectángulo con cocina a la vista, dos barras –una que da directo a los fuegos- y detrás tiene un pequeño salón cuadrado con algunas mesas para los que no quieran hacer solo barra.
Predomina lo racionalista, vidrio, aluminio, murales en paredes laterales con peces gigantes. Es canchero, cómodo y te hace sentir en casa.
Su pescado encurtido es espectacular, sus churros de langostinos YA SON UN MUST –con esa mayonesa de algas tremenda-, las croquetas de tortilla de papa son untuosas, ricas, bien sabrosas. El guiso thai tiene ese punch que pocos cocineros lograb –salvo que seas asiático y te hayas cridado entre currys- –IN CRE I BLE-, las papas rosti la bordan. Todo es rico. Mi ESTRELLA de la noche fueron los ojos de bife ponzu con escabeche japonés de repollitos, hongos y manteca ahumada. La marinada estaba PERFECTA y tenemos la receta y todo!!! Llevaba soja, salsa de sésamo, ponzu y algunas especias.
Probamos los tres postres, es que no nos pudimos contener. Piensen que hay un postre que se llama: LA PARTE RICA DEL FLAN y encima viene con dulce de leche. Ni de broma me lo perdía!!! Otro es un cremoso de chocolate con un crumble de leche en polvo y chocolate blanco que queda explosivo. Y rematan con un ananá, almíbar de albahaca y garrapiñadas. Imposible elegir. Es que a veces la comida es así: TODO O NADA!!!! Y en Ajo Negro es TODO.
Gaspar, un mago que no precisará ni de Melchor ni de Balthazar.
No cobran cubierto. Se puede estacionar en la puerta. Empezaron a abrir todo el día y salís FELIZ.
Que más te tengo que decir?
Coman rico, que la vida es una sola!