No voy a negar el cariño que les tengo tanto a Belén como a Walter. Cariño que se originó a raíz de la gastronomía. Pero ese cariño no nubla la objetividad de mi reseña. Nunca.
Una Eat Girl siempre pone por delante el profesionalismo.
Sucré Salé Café y Bistró Montevideo está en la parte de atrás de la Alianza Francesa de Montevideo sobre Boulevard Artigas.
Un Bistró pequeño, net, precioso. Belén a cargo de la comida y Walter a cargo del salón. Abren de lunes a sábado. Los días de semana tienen un menú variado e infinita cantidad de panes y pastelería. Los sábados es día de platitos.
Pocos lugares en Montevideo tienen la calidad de servicio que tienen ellos.
A pesar de ser un lugar pequeño, sencillo, de comfort food, tienen detalles de servicio que no encontrás habitualmente en restaurantes más pretenciosos.
A qué me refiero?
Siempre tienen una panera EXCELENTE. Variedad de panes a cuál más exquisito, acompañados por un dip original.
SIEMPRE tienen algo para convidarte. Hoy por ejemplo fue una empanada de calabaza y queso de cabra con una salsa de 🍅 especiada INCREIBLE.
Te cambian los cubiertos entre plato y plato. Algo que debería ser de costumbre, pero lamentablemente no ocurre en muchos de los restaurantes $$$.
Tampoco cobran cubierto. Walter y Belén son así, generosos.
La cocina es noble, sabrosa, variada. Esos platos que te alimentan pero también te hacen un mimo en el alma.
Los elegidos de hoy fueron una provoleta con dulce de peras, acompañada por una pequeña ensalada de peras, eneldo y ciboulette que era una delicia.
Una tarta de remolachas, brócoli y queso de cabra con ensalada de cous cous y verdes.
Y una tarta de frutillas y frangipane sabrosa y muy delicada.
Una verdadera fiesta de sabores. Todos sutiles, todos delicados, todos perfectamente combinados.
Por suerte, Belen y Walter tienen el reconocimiento de la gente. De los clientes de antes y de los que se hacen clientes cuando van por primera vez. Siempre está lleno. En una época tan complicada como ésta, es una bendición.
Pero es una bendición merecida, por la cual trabajan todos y cada uno de sus días.
Merci.
