Ya tiene más de una década en el mercado, un sol de la guía repsol y es un referente de la cocina asiática de la mano del chef Albert Raurich –ex Bulli-.
Albert fue un gran precursor. Vio que en Barcelona no había antaño una referencia clara en materia de cocina asiática. Y, luego de sus viajes por Asia y haber probado todo cuanto pudo, lejos de conformarse tuvo una charla con su jefe en aquellos momentos, nada más ni nada menos que Ferran Adrià y empezó a soñar en gigante con la cocina del gigante asiático. Lo que vino después fue un plan de negocios y un local al que llamaron Dos Palillos y que se ubica en pleno centro de Barza a una calle de las Ramblas.
El restaurante es sencillo por fuera, tiene como dos partes, una más sencilla al entrar, con una barra y nada más y otra a la que se accede a través de una cortina que te hace acceder a otra dimensión, también con una barra pero esta vez en forma de herradura. Herradura que abraza una cocina pequeña, con 30 comensales máximo que quedan estratégicamente ubicados para ver como se acaba cada plato, se cuecen las maravillosas hamburguesas y se sazona todo.
Para celebrar su Sol y su décimo cumpleaños (en 2017) unos pocos elegidos disfrutaron de su menú aniversario, un paseo por 3.650 días de experimentación, cocina y excelencia, a través de 16 platos y 4 postres. Los que fueron dicen que fue memorable.
Cuando se le pregunta a Raurich por el futuro de una propuesta como la suya, el cocinero se muestra rápido como un rayo: «Hay ocho tipos de cocina solo en Japón, y nosotros hemos ejecutado unas 230 recetas en todos estos años, así que imagínate el terreno que nos queda por explorar». Habrá pues Dos Palillos para mucho rato!
Dos Palillos fue uno de esos restaurantes que apostó por poner la cocina a la curiosa mirada del cliente, y desde la barra (desde cualquier rincón) uno puede divisar cada rincón del fuego, de la parrilla y de las esquinas de los platos, allí donde los commises, los cocineros y los aprendices confluyen.
Todos los empleados funcionan en sincro, y trabajan delante del comensal, quien puede ver cómo preparan lo que se van a comer.
Tienen al menos 4 menús. Uno de Eur 22 en la parte de la entrada, simple y resultón, otro de Eur 45 que es un piqueo por algunos de los mejores platos e incluye postre y té. Y luego dos más completos uno a Eur 90 y otro a Eur 110, ambos más IVA y sin bebidas, a los que llamaron DOS PALILLOS y DOS PALILLOS FESTIVAL. Hay para todo gusto y bolsillo por suerte!
En los menús que ofrecen podremos encontrar: Cortezas de jamón ibérico al estilo chino, ankimo, kimizu de espárragos, shirako vegetal, nibitashi de shitake, mochi de trufa, yuba y caviar, dashitamago de caviar, espárrago blanco al estilo chino, maki de nada, niguiri ancestral, niguiri helado de ikura, sushi de gamba roja en dos partes, niguiri de ostra a la parrilla, yakimochi de pichón, paté de pichón, ceps a la parrilla, maki matcha, kakigori de wasabi, thai burguer, dumpling de langostinos, papada a la parrilla….
El lugar es encantador, los platos son muy pensados, elaborados y logrados. No todos te rompen la cabeza ni tienen sabores memorables pero la técnica, la presentación y la textura de cada entrega son perfectas.
