Decepcionada por algunos desaciertos de un bistró francés famoso de la Ciudad de Buenos Aires ya me había resignado a que iba a tener que cruzar el Atlántico si quería volver a comer buena comida francesa.
Por suerte una cosa llevó a la otra y gracias a Marta y Paulo (chef y sous chef del GLORIOSO e histórico Captain Cook) llegamos a un rinconcito de Acassuso que a ojos de muchos puede pasar desapercibido pues –fiel reflejo de sus low profile dueños- su blanca puerta no ostenta pompas ni circunstancias.
Es peque, tan peque que aunque seamos amigos de la casa más de una vez –y nos hace felices- nos han tenido que decir: Chicos, no hay lugar… Se llena tanto como se nos llena el alma de lo rico que comemos cuando vamos.
Arranco sin anestesia. Palabra clave: EL PATÉ. Despojémonos por un instante de pensar en el paté sólo como carne rejuntada picada, condimentada y enmantecada, y transportémonos a La France, al lugar que lo vio crecer y donde se convirtió en un manjar de los dioses. Bueno, sepan que no hay que irse tan lejos para maravillarse y emPATEarse felices. El PATÉ que logra L´Atelier es de antología. Y está tan bien acompañado por un pan de especias y hojas verdes que es perfecto.
Dicho esto, bajo un cambio y vuelvo para atrás para contarles que el lugar es muy Parisino… muy acogedor, pequeño, tiene como un entrepiso al fondo que le da más amplitud, manteles blancos, lindo mobiliario, muy buena vajilla, ambiente romántico para una cita y un muy buen servicio.
Sus dueños son Verónica Morello y Charly Forbes, comparten la cocina y la vida desde hace más de una década., yson dos genios que han pasado por varios fuegos y experiencias nacionales e internacionales, y se nota.
El menú está marcado a fuego por productos de estación y cambia cada dos o tres meses. No obstante hay INDISPENSABLES que siempre están, como el glorioso paté.
Entre las entradas, hemos probado el tataki de atún rojo con crema de palta y wasabi, chipirones en escabeche con papas y el solomillo de cerdo curado con vinagreta de naranjas. El petit camembert tibio es genial también. Las mollejas braseadas al oporto, adictivas.
Principales: Amarillo, está en el agua y hace cuac: Lo que es el magret de canard de L´Atelier…. No tiene nombre… sale con risotto de papas , hongos y brócoli y es increíble.
Otro must es el cordero en dos cocciones que la rompe, a veces lo hacen con gremolata y es espectacular. Y si ven que algún principal está acompañado por puré de naranjas, tírense de cabeza, ese puré es la PERFECCIÓN. Si tienen suerte pueden encontrase con strudel de ñandú con salsa de cerveza negra. Los ravioles de ciervo son excelentes también.
Dulce? No falla JAMAS la creme brulée de vainilla ni el budín de miel y especias con manzanas acarameladas, y crema de mascarpone. La tarta de peras es muy buena también y el fondant de choco, exquisito.
La carta de bebidas y vinos es muy completa. Empieza con cócteles clásicos y vinos clasificados por cepas. Los precios son muy razonables, y como broche de oro ofrecen una selección de quesos, ideales para acompañar los vinos dulces, también en la carta.