Ganas de estar en París por un ratito? En la esquina de Uriarte y Nicaragua está Le Rêve, un coqueto y elegante bistró. En ambiente cálido e intimista Rodrigo Da Costa, da rienda suelta a su exquisita técnica ofreciendo un sofisticado menú de cocina francesa.
A Rodrigo lo conocemos por su paso por el reality Dueños de la Cocina, en el cuál resultó ganador. Pero la trayectoria que tiene es extensa: estuvo en las cocinas del Hotel Llao Llao, en el Park Hyatt Buenos Aires como Chef de Partie, para luego continuar con un stage en Mirazur, el restaurant 3 estrellas de Mauro Colagreco y terminar como Chef de Partie en Virtus, Paris, restaurant con 1 estrella Michelin, donde se enamoró de la cocina francesa y sus técnicas.
El salón es sumamente acogedor y elegante. Una imponente barra de mármol y madera es lo primero que notamos al entrar. Le Rêve tiene una extensa carta de tragos de autor y es en esa barra, precisamente, dónde Marcelo Tiger, el bartender despliega su creatividad.
Le Rêve tiene un salón privado, muy cómodo, aunque me desconcertó un poco la iluminación, ya que era diferente a la del salón principal. Probablemente porque no estaba ocupado.
Cubiertos de plata sellada, porcelana, lámparas en las mesas en las que uno puede ajustar la iluminación, auguran que vamos a pasar una gran velada.
La carta es corta e interesante. No tan corta como para no quedarnos con muchísimas ganas de volver a probar el resto.
Vinos? Un montón. La carta fue diseñada para abarcar toda la República Argentina con sus mejores variedades y representantes.
Comenzamos con unos tragos, recomendación del bartender.
Primero un Ravel (homenaje a Maurice) a base de Sauvignon Blanc y Semillón, jugo de pepino y apio, aceite de sésamo y falernum (almibar especiado con clavo, cáscara de naranja, limón y anís estrellado). Un sabor nada tradicional y delicioso. Luego un clásico del restaurant: J’ Te Aime, un trago con gin, almibar de hibiscus y lavanda, vino rosado, jugo de lima y albúmina de huevo.
Darío Núñez está a cargo del servicio luego de su paso por La Bourgogne y la L’Orangerie del Hotel Alvear y Tarquino. Todo el personal es muy amable y conoce la carta a la perfección.
El pan es de masa madre, con grasa de pato y acompañado de una manteca noissete perfecta.
Comimos:
* Pâté de Foie (increíble), pickles de remolacha y gel de frambuesa
* Textura de hongos: Duxelle, crema de limones quemados, hongos deshidratados y frescos, trigo sarraceno tostado y aceite ahumado
* Riñón y lengua de cordero, hinojo roti, reducción de oporto
* Raviol tostado de coliflor, aceite de laurel y caldo de vegetales y miso
* Risotto de maíz y calabaza, yema curada, crocante de arroz y hongos
* Croissant de papa, acompañada con salsa bearnesa de tomate (una maravilla cómo está hecho ese croissant).
* Lomo wellington, cremoso de papa y ajo confitado y jus de viande. Este plato es un clásico de la cocina francesa, es muy técnico y estaba increíble.
* Sabayon de whisky, peras asadas, garrapiñada de nuez, panna cotta de vainilla y tuile de miel
* Crème Brûlée de yerba mate con crema de burrito
La mano de Rodrigo es perfecta y así salieron todos los platos: un placer trás otro.
Cada uno fue maridado perfectamente y terminamos con un Saint Felicien Semillon Doux exquisito.
Nos quedamos con ganas de probar el Souffle de azafrán y queso y el Pato Pekín, así que deberemos volver a la brevedad.
La verdad es que pasamos una noche divina, nos atendieron maravillosamente y comimos delicioso.
Buenos Aires está recuperando su buena gastronomía luego del desastre del lockdown por Covid, y Le Rêve es un gran exponente de ella.
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