Los pickles son una forma fácil y sana de conservar vegetales, y en este caso de aprovechar partes de ellos que por costumbre tiramos a la basura.
Las riquísimas remolachas vienen con un lindo ramo de tallos y hojas.
La vez pasada hicimos un exquisito risotto de remolacha y queso azul y… guardamos los tallos! Lo cierto es que se pueden usar para cocinar y son realmente muy ricos. Desde buñuelos hasta tartas.
Hoy haremos pickles!! Para acompañar una picada, para un sandwich, para un dip en reemplazo de pepinos… Super versátiles.
Hacemos así: Una vez cortadas las hojas, les tenemos que sacar el tallo duro del medio. Los cortamos del largo necesario para que entre en el frasco que vamos a usar.
Es aconsejable hervir el frasco por unos 20 minutos para esterilizarlo.
En una olla, ponemos a calentar vinagre con agua, en una proporción de 3 a 1. Si quieren un pickle más ligero pueden poner más agua. Yo lo hice en partes iguales. Utilicé dos tazas de agua y dos de vinagre. Agregamos una cucharada generosa de sal y 4 de azúcar.
Especias? Siiii Muchas!! Ponemos granos de pimienta, clavo de olor, cardamomo, hojas de laurel y semillas de coriandro y de mostaza. Es muy importante infusionar bien con especias para lograr el típico sabor a pickle.
Una vez que hierve el agua, vinagre y especias, agregamos los tallos ya cortados y apagamos el fuego.
Dejamos reposar 10 minutos y luego pasamos los tallos al frasco y lo llenamos con el líquido hasta tapar completamente. Poner la tapa y dejar enfriar a temperatura ambiente.
Si lo van a conservar en heladera, esperar a que enfríe y guardarlo. Si quieren una conserva para guardar en la alacena, lo ideal es esterilizar bien el frasco y la tapa.
Háganlos y me cuentan!!!! Quedan tiernos, con gustito a zanahoria, especiados y agridulces!!!