Seguimos con los crumble. Ayer hicimos uno increíble de dátiles con avena, azúcar negra, que encantó.
Hoy venimos más tradicionales.
No soy fan del apple crumble y la manzana en postres no me encanta. Sin embargo, es algo que a la mayoría sí y siempre me hallo explorando recetas que la incluyan.
Dentro de todos los apple crumble que he probado, éste tiene un toque muy original y suave, me es menos grasoso al paladar y tiene más esponjosidad, y … es el que más me ha gustado.
Cuál es el secreto? Tiene dos. El primero está en la masa. En vez de ponerle 100% manteca le ponemos manteca y yogurt natural (o queso crema, lo que tengan). Eso da una suavidad muuuuuuy rica. Y en el relleno además de azúcar le ponemos unas dos cucharadotas de mermelada de damasco, eso dará brillo y ayudará a las manzanas.
La torta es muy simple. En una sartén grande disponen la manteca, las manzanas cortadas en rebanadas de medio cm de espesor, el azúcar, la mermelada y la canela y esperan a que el líquido se disuelva por completo. Esto demorará unos 7 u 8 minutos dependiendo del fuego.
Por otro lado formamos con los ingredientes de la masa una suerte de arenado y forramos con las 3/4 partes un molde de 20 cm apretando bien para que la masa se compacte y reservamos el resto para el crumble.
Una ve todo listo disponemos la manzana sobre el molde fondado y cubrimos con la masa restante. Espolvoreamos con un poco de azúcar y llevará unos 35 min de horneado a fuego medio -180 grados-. Cuando está dorada la sacamos y listo!
Ideal para una bocha de helado de vainilla, un copón de crema o para comerla con un rico té mientras mirás tu serie favorita.
Queda INCREIBLE.